lunes, 24 de marzo de 2008

Los Hippie Chic

Lo top de lo top, lo glam de lo glam, el boliche establecido por el ambiente televisivo como la crem de la crem... pero... es realmente asi?




Una vez que llegamos a Olivos, el lugar más "glamoroso" de todo el país estaba frente a nosotros, bastante escondido si uno presuponía que se lo iba a encontrar caminando por Libertador.
Cuando pasamos por el primer control sin problema alguno, llegó el momento en el cual teníamos que desembolsar la "papota" que no fue tanto como pensábamos en principio, $30, si bien es "saladito" para el resto de los boliches, nosotros imaginabamos $40 o más como en Esperanto.

Una vez adentro, no había tanta gente (a consecuencia de las vacaciones de Pascuas por supuesto), pero estaba en el punto caramelo para disfrutar y apreciar de la A a la Z.

El alcohol es EXCESIVAMENTE CARO, por lo menos un Frizze... ¡$60! algo completamente irrisorio, ridículo y escandaloso, pero luego de varios tragos y un sueldo promedio despilfarrado en la barra, ya poco importaba, pero vale recalcar: Speed con Licor de Melón por ejemplo estaba $25, otra locura...

La música es el mejor recuerdo que me llevo del mismo, lo más variado que he escuchado en mucho tiempo, lo normal y necesario para una noche de jolgorio, rocanroles, salsa, cuarteto, LENTOS... sisi escucharon bien, lentos al mejor estilo de Luis Miguel, Ricky Martin y Ricardo Arjona.





El promedio de edad es incalculable ya que rondaba desde los 18 años a los 40, dependiendo lo que cada uno buscara. Hay grupos de amigos que formaban ronda para bailar Cacho Castaña a los saltos y con las ormonas al 1000%, novios/as que tomaban un drink en el patio escuchando música tranqui, "viejetes" que aguardaban con el cuchillo entre los dientes alguna púber inocente (o no tanto), que semivestida, intente conseguir algo para tomar y quien sabe que otras chanchadas.

Si hablamos de las pistas son varias, una electrónica a la cual pisé únicamente en la entrada, la principal donde el show de strippers son algo usual, la pista de afuera que tiene la misma música que la última mencionada, pero cuando el calor agobia, es una gran alternativa, y la pista VIP que por ser Not VIP, no pasamos.



En resúmen, un lindo boliche, van a pasar una gran noche por la música EXCELENTE que pasan finde tras finde, pero una recomendación del escritor, vayan muy picados para no tener la necesidad de consumir puertas adentro

jueves, 17 de enero de 2008

Rosario siempre estuvo cerca

El jueves a medianoche, tres porteños pisan tierra santafesina, y luego de una ducha rápida, la gira bolichera de fin de semana era inminente.


Luego de recorrer por un par de días boliches/bares como Bonita, Infinit, La Florida, Willie Dixon, y otros antros varios, el objetivo principal era conocer el gran complejo Madame (mayores de 21 años).
Una estructura impactante era lo primero que se apreciaba en la media cuadra de cola, lo que nos hacía presuponer, que la entrada estaba más que salada.
Grata fue nuestra sorpresa al enterarnos que solo costaba $13, algo muy curioso relacionado a lo que sale una entrada estándar en capital federal ($20 o $30).


Muchas mujeres hermosas, un boliche interminable, con pistas electrónicas, otra de reggeaton y todo lo más "popular", y por último, una más tranqui cerca de la pileta, para tomarse unos drinks contemplando la belleza estética del lugar, al ritmo de reggae o hittazos de los '80.

El único gran problema del lugar, es que son muy estrictos a la hora en que termina el cachengue (como le dicen allá), aproximadamente a las 5.30 ya las luces se prenden, las caras transpiradas y desfiguradas, evocan a un nirvana contemporáneo.

Un after rocanrolero y con pocas pilas (Willie Dixon) fue el cese de un muy agitado sábado, en la hermosa Rosario, tan lejos, tan cerca.

lunes, 17 de diciembre de 2007

Impasse obligado

Disculpen (a los pocos lectores esporádicos de éste humilde blog) por la ineficacia de los post, pero no tenemos el puerto USB para la camarita y no podemos pasar fotos.
Venimos de muchas giras, asique una vez que estén los accesorios, vamos a seguir reportando la noche porteña que tanto nos incentiva a pasar la semana aburrida y laboriosa.

sábado, 3 de noviembre de 2007

Ramos Stereo

Una noche con muchos planes pero pocas ganas de salir era la sensación que se respiraba entre nosotros, pero... es viernes y la idiosincracia de exprimir el finde hasta que salga brea, es cuasi obligatorio


La llegada a casa de la última jornada laboriosa de la semana, era causante que las ganas de ver a Soda Stéreo, se tiñera de gris y se ponga en duda.

Pero cuando entre dormido no encontraba el celular para llamar al compatriota, sin darme cuenta, ya estaba escuchando Divididos al palo yendo a ver a Cerati y cñia.

Como las estrellas al Martin Fierro, nuestro presente en el show se retrasó ya que conseguir lugar para estacionar el automóvil era más dificil que encontrarse con una flor plástica marchita (créditos a Ricky Arjona).

Una vez adentro, el shock de ver a 100.000 personas de golpe fue más increíble que ver a una banda mítica que hacía 10 años no coordinaban un acorde.

Escuchamos varios temas (aunque no sea nuestra banda de palo) y al coro de "nada nos libra nada más queda" fue donde parecía que el estadio se venía abajo, realmente, increíble, sorprendente y desde Aerosmith no veía tanto rock en ese estadio.

Luego de no tanto tiempo, partimos hacia nuestra próxima odisea, que era unos lares a los cuales no eramos muy habitués como la zona Oeste de Capital, más especificamente, Ramos Mejía.

Muchos bares, mucha gente, pero la tranquilidad y la poca emoción de la gente fue algo que nos desilusionó, y sin olvidar también que desconocía que esa zona de Capital era una colonia inglesa, por lo menos esa premisa me quedó rondando en el preconsciente cuando todos estaban de "entre casa" con su camiseta de Beckham o Rooney y unos pescadores poco estéticos.

El resto de la noche, fue ir de bar en bar, como Claxton o algún otro que no nos acordamos el nombre.



Nada para destacar, le pusimos mucha onda por eso no la pasamos tan mal, pero definitivamente no es nuestro lugar.

domingo, 21 de octubre de 2007

El cordobazo cervecero

El viaje en micro con unas latas de cerveza, eran tan solo una premonición de lo que ibamos a vivir tan lejos de casa, el Oktoberfest


Una vez que llegamos a la ciudad, una simpática combi nos llevó a nuestro hotel "fisura", el Santa Cecilia I, ubicado en Carlos Paz, aproximadamente a 80km del epicentro del qui de la fiesta.

A las 11 de la mañana fue nuestra hora de arribo, y tan solo 4hrs después, el micro de larga distancia hacía escala en General Belgrano, el pueblo tan típico y tan alemán como en ningún otro lado en el país.

En el viaje abundaban aburridas historias tan antiguas que el marco del dique san Roque se degradaba en un ténue sepia, tal vez, el chofer y profeta de su tierra, no entendía que la juventud solo quería emborracharse y pasarla bien en un viaje que para muchos costó tanto sacrificio económico realizar.

Llegamos para eso de las 16hrs, la gaita y los típicos trajes centroeuropeos se hacían presentes y llenaban de ansiedad los ojos y oídos de los viajeros porteños.

Tan solo 30 minutos luego de pisar tierra alemana, ya teníamos nuestro típico gorro y choppera amarrada a una cadena cual cadena a su perro. La virginidad del vaso cerámico llegó con un litro de delicada cerveza y ahi, el hígado comenzó a realizar uno de los trabajos más duros de nuestra historia.

Una vez adentro del parque cervecero, una estruendosa banda "gaitera" hacía sonar sus típicos instrumentos, que taladraban nuestro cerebro al ritmo de "chiken chaken ohh ohh"... que ilusos fuimos en pensar que solo unas horas después, y cuando la ebriedad se apoderaba de nuestros motores sensitivos, esa música sería arte para nuestros oídos.


En el ambiente se respiraba algo tan anormal para nosotros pero tan típico para ellos... familias con niños, grupos de 5 a 10 personas completamente borrachas gritando, festejando y riendo... mujeres hermosas sin tupé a ser violadas como es tan corriente en los Malos Aires, todo tan espectacular y utópico, que solo la gente que asiste al festival, puede entender y explicar.

Luego de recorrer cuan barra se cruzara en nuestro camino, el "spiche" fue la gran atracción de la noche. Los locutores y bailarines agitaban un barril lleno de oro marrón, para luego pincharlo y que bañe de placer y jolgorio, a todos los partícipes de la gran fiesta.













Básicamente, una fiesta única, muy buena onda de la gente, la cerveza estaba cara pero valía la pena, gente de todas las edades, mucho más no hay para opinar, el que no va, se merece tener una muerte lenta y dolorosa.

martes, 16 de octubre de 2007

La larga espera

Una fiesta de egresados era el plan del jueves, todo gracias a un flog, y un comentario de esos tan inútiles para muchos, pero para nosotros, ese post fue lapidario para que nos condene un jueves de fiesta. La fiesta era en Seven, Av. La Plata 735, enfrente de un bar muy copado que no nos acordamos el nombre, como siempre, por culpa del alcohol ingerido.



A contra de todas nuestras ideologías acerca de ésta fiesta en particular, alrededor de las 2am, en la cola del lugar, no paraba de llegar gente, mayoritariamente menores de 18, edad típica para ir a cuantas fiestas de egresados se presente.

Adentro como lo supusimos, alcohol no se vendía y nuestra sobriedad hacía la noche más propensa a la monotonía de música de boliche (cumbia, rock, hits) que a algo más que bueno.

Los chicos que acababan de volver de bariloche, saltaban al compás de temas electrónicos, y la fiesta parecía haber empezado.

Toda la noche fue escuchar temas hiteros (muy buenos por cierto), música electrónica por demás aceptable hasta que un punto de inflexión fue el detonante de la alegría. Una barra en la punta, se habilitaba para los mayores de edad y la venta de alcohol ya era permitida a troche y moche.

Gracias a unos campesinos que nos invitaron varios tragos, la "alegría" ya estaba en nuestra sangre, y todo se hacía color rosa y pocas panteras habitan en capital federal.

La fiesta fue muy divertida, gente entre 17 y 19 años como suelen pasar en las fiestas de egresados, el alcohol fue indispensable como nos suele ocurrir, pero, lamentablemente y afortunadamente, nuestras mentes estaban puestas en el Oktober Fest, en uno de los mejores eventos del país.

lunes, 8 de octubre de 2007

Tan cerca y tan lejos


Córdoba, solo faltan un par de días y asistiremos a lo que pensamos puede ser un gran evento...